martes, 4 de septiembre de 2012

Las deficiencias de la Sociedad Moderna
 Algo está sumamente equivocado. Mientras las facilidades de comunicación son mucho más grandes que nunca antes –con nuestras maquinas de fax, computadoras, satélites y otras tecnologías de comunicación– nuestra inteligibilidad mutua y habilidad para relacionarnos entre nosotros se está declinando drásticamente. La humanidad moderna ha intercambiado la sabiduría por los datos y ha reemplazado la serenidad por la locura. Mucho del aumento en el racismo, problemas de género, sectarianismo religioso, tribalismo, y fanatismo alrededor del mundo se relaciona directamente a nuestro gran énfasis en el procesamiento de datos y minimización del verdadero conocimiento y sabiduría.
Aunque estamos rodeados de información constantemente cambiante y códigos cambiantes de conducta, no es verdad que todo es transitorio y relativo. Muchos valores y necesidades están universalmente presentes en cada ser humano. Por ejemplo, si somos masculinos o femeninos, americanos, africanos, indios o europeos, todos nosotros experimentamos la necesidad de amar y ser amados, y la necesidad de entendernos a nosotros mismos y a nuestro Creador. Cuando las interacciones humanas se basan en lo que tenemos en común, las diferencias nos sirven para reforzar y profundizar nuestras relaciones. De hecho, tal diversidad dentro de un marco de unidad realmente ayuda a crear una sociedad más fuerte y equilibrada. Desgraciadamente, el orden mundial de hoy en día ignora muchos de estos universales y en cambio da énfasis a las diferencias, no importa que tan superficiales sean, al punto de la fragmentación.
La forma moderna de ver el mundo anima tal fragmentación, porque sus valores fundamentales incluyen el individualismo, la competición y gratificación personal a expensas del todo. Como los miembros de la sociedad moderna tienen preocupaciones egoístas en casi todo lo que hacen, ellos crean una atmósfera "dame" en la que los grupos e individuos rivalizan por obtener tanto como puedan para ellos mismos, mientras raramente se preocupan por las dificultades que puedan causar a los demás.
Srila Bhakti tirtha Swami en Guerrero espiritual III

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